A lo largo de la historia, en la mayoría de las culturas, las mujeres han sido sometidas a estructuras
patriarcales que les han negado los
derechos humanos más fundamentales. Las leyes antiguas y los sistemas tradicionales, como el
cristianismo y el
islamismo, antecedentes de los sistemas modernos, han provocado la dependencia de la mujer, de forma análoga a la
esclavitud, a la explotación de las clases desfavorecidas y a la mano de obra.
Una de las razones podría ser el fortalecimiento y sostenimiento del poder y de la actividad económica y de igual forma se evidencia que quienes resultan sometidos son vistos, por los explotadores, como seres inferiores, inmaduros, infantiles, malvados o depravados. (Véase el artículo
Prejuicio cognitivo)
[editar]Ley mosaica (judaísmo)
En la ley mosaica,
tradición de la
religión judeocristiana (En este caso, solo se habla del judaísmo, ya que el cristianismo posee una distinta creencia) la mujer era protagónica, la ley judía afirma que una mujer tiene más posibilidades de conectarse con Dios, el
divorcio era un privilegio exclusivo del marido: la opinión de la mujer podía ser rechazada por su padre o su marido, y las hijas podían heredar sólo en ausencia de hijos, con la condición de que se casaran dentro de su tribu. La culpa o la inocencia de una esposa acusada de
adulterio a veces se comprobaba mediante la técnica del agua amarga.
2 Además de estos casos, que ilustran la subordinación de las mujeres (Deuteronomio 2,24, Números 1,30, Números 3,27-36, Números 2,5), había muchas leyes que trataban, entre otras cosas, de ofensas contra la castidad, y el matrimonio de un hombre con una cautiva pagana o con una esclava comprada. Aunque los segundos matrimonios estuvieran restringidos, según la legislación cristiana y judía, en la ley mosaica una viuda sin hijos estaba obligada a casarse con el hermano de su difunto marido. En el nuevo testamento también se emiten opiniones acerca de la mujer. Timoteo: 2:9, 1 Ped. 3:3 Las mujeres no deben trenzar su cabello, o vestir oro, perlas o atavío costoso. Timoteo: 2:11-12 Las mujeres deben aprender en silencio (de los hombres) con toda sumisión. Timoteo: 2:12 Las mujeres no tienen permitido enseñar o tener autoridad sobre los hombres.
[editar]La mujer y la ley
En algunos países la mujer ha tardado muchos siglos en conseguir
igualdad, aunque solo sea teórica, ante la
ley. Y aun cuando la ley hable de igualdad, suele haber un gran abismo entre la
teoría y la
práctica. La publicación de las
Naciones Unidas titulada The World’s Women—1970-1990 dice: “Esta brecha [en la política gubernamental] ha quedado recogida en gran parte en las leyes que niegan a la mujer la igualdad con el hombre en lo que respecta a sus derechos de tenencia de
tierras, solicitud de
préstamos y firma de
contratos”. Una mujer de Uganda declaró: “Seguimos siendo ciudadanas de segunda clase... o de tercera clase más bien, pues nuestros hijos varones van delante nuestro. Hasta los burros y los tractores reciben a veces mejor trato”.
El libro Men and Women, editado por Time-Life, dice: “En
1920, la Decimonovena Enmienda de la
Constitución de Estados Unidos garantizó a las mujeres el derecho al
voto, mucho después que en bastantes países europeos. Pero en
Gran Bretaña no se les concedió ese privilegio hasta el año
1928 (y en
Japón hasta después de la
II Guerra Mundial)”. Como protesta por la injusticia política a la que se sometía a las mujeres,
Emily Wilding Davison, sufragista británica, se echó delante del
caballo del rey en el
derby de 1913, y perdió la vida. Se convirtió en una
mártir en la causa de la igualdad de derechos para la mujer.
El propio hecho de que en fechas tan tardías como el año
1990 el senado de Estados Unidos promulgase el decreto
Violence Against Women Act, indica que las legislaturas dominadas por el
hombre han sido lentas a la hora de responder a las necesidades de la mujer.
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